
Si bien, el clima del 31 fue más cálido que la Nochebuena, los fuegos artificiales, las bombas y los cohetes se hicieron sentir desde mucho antes de la medianoche en la totalidad de los barrios de la ciudad.
Aunque, la mayor cantidad de explosiones y luces de colores coparon el cielo del sector oeste pinteños y las mismas se prolongaron por casi veinte minutos.
En cambio la pasada Navidad, tuvo una recepción más acotada y tranquila, con menos movimiento e incluso con menos espectáculos nocturnos.