Un grupo de peones rurales de una estancia, ubicada sobre la ruta 34, a 17 kilómetros al norte de la ciudad, descubrió ayer un cadáver, mientras intentaban controlar el fuego que avanzaba sobre una zona de malezas bajas.
Los trabajadores, atónitos ante las características de la macabra escena, casi sin poder creer lo que sus ojos veían, abandonaron casi de inmediato sus quehaceres y comentaron la novedad al encargado del establecimiento agrícola, quien informó el hecho al personal de la Seccional 17.
El hallazgo del cadáver fue “de casualidad” porque los empleados que controlaban la quema de pastizales en ese momento debieron acudir hacia otro sector de malezas bajas secas para evitar que las llamas se propagaran. En ese lugar encontraron el cadáver que estaba decúbito dorsal y con sus extremidades extendidas. A pocos centímetros de sus pies estaban los zapatos que deban la sensación de que la propia persona se los quitó momentos antes de morir.
Irreconocible
Aunque las llamas no llegaron hasta el cuerpo, el mismo presentaba un estado de disecación y de color oscuro, lo que impedía su reconocimiento a simple vista.
Parte de sus extremidades inferiores mostraban los huesos y carecía de la zona abdominal.
Según información extraoficial, el cuerpo no presentaría signos de violencia, aunque eso se confirmará a través de la necropsia que se realizará en la morgue judicial de la ciudad capital, por orden de la jueza Dra. María Teresa Gerez.
Todo hace suponer que el cuerpo sería de un peón rural desaparecido hace dos meses de un establecimiento ganadero de Casares (Aguirre). El buscado es Luis Humberto Palavecino, de 37 años y oriundo de Bandera (Belgrano), quien fue visto por última vez el 14 de julio.
Fuente: El Liberal