INICIATIVA. Los puesteros comenzaron con esta alternativa que favorece sus
ingresos mensuales hace más de una década y cada año son más.
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Una multitud de peregrinos que regresaban de Mailín se agolpó frente a los puestos de venta instalados en la playa de una estación de servicios para comprar algo en su última parada en tierra santiagueña.
Los vendedores de los casi cincuenta puestos y carros coincidieron en que “a pesar del mal clima se vendió muy bien, gracias al Señor de Mailín”.
En la playa que por momentos estuvo atestada de autos, colectivos y minibuses se ofrecían los manjares regionales, artesanías y hasta tortugas y cardenales.
Las protagonistas de la gris jornada fueron las tortillas asadas en parrillas a la vista y los pasteles. Además, pan casero, choripan, pastelitos dulces, rosquetes, empanadas, especiales de milanesa, entre otros, todo elaborado por los pinteñas que vieron una oportunidad inmejorable para ayudar a la economía de sus hogares.
También vendieron dulces regionales, arrope de tuna, chañar y algarroba, elaborados artesanalmente con recetas ancestrales, patay, poleo, quesos, quesillos, calabazas, zapallos, tortuguitas y cardenales. Algunos se arriesgaron a vender cabritos, lechones y corderos a los viajeros.
La lluvia complicó la fiesta en El Tigre
Las inclemencias del clima de la tarde del domingo complicó las actividades religiosas que estaban previstas en la capilla Nuestro Señor de los Milagros de Mailín, en el barrio El Tigre.
A pesar de ello, unos cincuenta vecinos llegaron al templo y partieron en proseción con la cruz milagrosa mientras rezaban el Santo Rosario. Al llegar hubo cánticos y más oraciónes.