La fiesta religiosa más popular de la provincia también fue una buena oportunidad para quienes se quedaron en la ciudad y decidieron instalar su puestos de ventas a la vera de la ruta nacional 34 y las playas de los paradores.Desde antes del mediodía muchas familias llegaron con sus productos con el objetivo de generar un ingreso extra a sus magras economías.
Así, ofrecieron a sus ocasionales clientes los mas variados productos típicos de la región tales como zapallos, calabazas, ancos, miel, arrope de tuna o chañar. Además las tentadoras tortillas a la parrilla, pan casero, pan con chicharrón, rosquetes, empanadillas, tortitas con dulce de leche, etc.
Tampoco faltaron los choripanes, las empanadas y los pasteles calentitos y al paso.
Según varios vendedores que dialogaron con PINTO HOY la demanda no fue como lo esperaban o como en años anteriores pero de igual manera resultó más que beneficiosa ya que la mayoría de los peregrinos se llevaron algunos de su productos con los sabores de nuestra entrañable tierra.-
