
El fin de semana largo en coincidencia con la Semana Santa trajo de vuelta a su ciudad natal a cientos de pinteños que habitualmente residen en otros puntos de la provincia o del país.
Por estos cuatro días de mini-vacaciones la ciudad toma otro aspecto ya que es un constante ir y venir de vehículos, jóvenes y familias que visitan a sus afectos.
Supermercados, locales comerciales, bares y hoteles cuentan con mayor concurrencia de gente que días habituales y de alguna manera genera un movimiento extra de dinero.
De igual manera los paradores de micros de larga distancia se convierten en horarios picos en un verdadero gentío que llega, sale o simplemente pasa a su destino.